

Las personas proletarias sólo cuentan con sus capacidades productivas para sobrevivir, típicamente descritas como su fuerza de trabajo. La penuria empuja a ofrecer en venta la capacidad de trabajo a quien la quiera comprar y entre los extremos del empleo y el desempleo también existe el área gris del rebusque, una serie de actividades transitorias en medio de las cuales se subsiste mientras alguien compra la fuerza de trabajo. Es lo que conocemos como ejército de reserva y tiene su base en las leyes económicas que determinan el funcionamiento de la sociedad capitalista. La tendencia de la acumulación del capital, de producir capital superfluo por una parte y exceso de población por otra, se ha convertido en una dolorosa e innegable realidad.
